La academia se nutre entre los académicos, es lo que se llama la nutrición académica.
Está claro que el conocimiento lleva a más conocimiento. Si acatamos y nos creemos todo lo que vemos y leemos del experto, al final, la ciencia puede que se acabe.
La crítica siempre tiene que estar presente sino, todo sería aburrido y preponderante.
La antropología no se escapa a las lógicas de lo académico.
Es fácil, aunque no lo parezca.
Ahora me planteo que fue primero si la teoría creada o la teoría consensuada, os explico.
Resumen
LA NUTRICIÓN ACADÉMICA Y LAS TEORÍAS
Cuando empecé a estudiar antropología, mientras que leia a Marx, Engels o Malinowski entre otros grandes científicos sociales, pensé en que yo podría ser otro gran académico. ¿Por qué no?
Después me planteé si estos científicos sociales crearon la teoría o sus escritos fueron aprobados como teoría una vez consensuados por la comunidad científica, esto me recuerda a que fue primero ¿el huevo o la gallina?
Por lo tanto que fue primero ¿la teoría o el consentimiento de la teoría?
Tal vez Marx no pensase en que su libro El Capital fuera a dar tanto de que hablar y se convirtiera en un reconocidísimo intelectual.
Mientras tanto, en aquella época se iban consolidando las instituciones del saber, las disciplinas humanas.
Sociólogos, antropólogos, psicólogos iban perfilando lo que después se conocería como ciencia.
La filosofía fue ramificando el saber en especialidades.
Ahora, después de unos cuantos siglos, estas instituciones se apropian del conocimiento que te ofrecen y del que tú creas.
Por poner un ejemplo; la universidad te ofrece un conocimiento experto en la materia, a la vez, ella se nutre del conocimiento que tú creas.
El saber va «copulizando» entre académicos que dieron el pelotazo con algún escrito o que fueron usando estrategias para llegar a la cúpula.
Al final, se basa en relaciones de interés.
Yo te ofrezco conocimiento creado y tú me ofreces conocimiento nuevo, a cambio te ofrezco un puesto reconocido en el que otros puedan ver lo que tú has escrito.
Si lo escrito es relevante porqué yo lo considero así, le daremos bombo para que sea reconocido y si eres reconocido serás citado.
¡Kit de la cuestión! ¡La citación académica compagina con la nutrición académica!
LAS CITAS BIBLOGRÁFICAS
En alguna ocasión he visto como científicos sociales reconocidos siguen la pista de las citaciones que otros han hecho de sus escritos.
Parece ser que si yo escribo sobre un tema determinado y mi documentación bibliográfica carece de ciertos autores, puede ser que mi escrito no sea tan relevante porque la academia considera lo que es relevante o no.
Por lo tanto si quiero hacer una investigación y la misma carece de los académicos relevantes en mi investigación, puede que quede coja y no sea aprobada por la cúpula del saber.
Por lo tanto, si quieres pertenecer a la élite del conocimiento científico es muy positivo que cites en tus textos a los científicos más destacados de los temas comunes a tu investigación.
Y si ahora la cúpula empieza a citarse entre ella, es poco probable que los nuevos científicos puedan acceder a ella hasta que no se jubilen los clásicos dentro de la academia.
Así funciona el tema. O te relacionas bien o estas abocado al fracaso.
Ahora cítame si tienes ovarios, ah no, que no soy académicao.