He encontrado un texto sobre antropología académica y profesional en la REVISTA DE ANTROPOLOGÍA EXPERIMENTAL titulado «Como acercar la antropología a la realidad cotidiana«, escrito por María Peláez Murciego, Te dejo el PDF por si quieres ojearlo.
Es un texto interesante para la disciplina en donde nos explica las aplicaciones que nos ofrece la Antropología en el mercado laboral y la trasformación que ha habido en la disciplina desde que se implantó como grado en España, “la antropología ha conseguido su sitio en la Universidad” y es que hasta hace bien poco la Antropología ocupó su lugar en la Universidad estudios de grado.
Resumen
ANTROPOLOGÍA ACADÉMICA VS ANTROPOLOGÍA PROFESIONAL
La antropología desde su implantación de grado ha ido creando una escuela, en donde los alumnos, cuando terminan sus estudios no saben muy bien hacia donde encaminar su labor como antropólogos. Desde la academia deberían de implicarse más en las cuestiones laborales y ofrecer una posible ocupación laboral fuera de la academia;
<la dicotomía que existe entre la “Antropología académica” y la apenas inexistente en España, “Antropología profesional” que se desarrolla fuera de la universidad”>
Al parecer hay dos tipos de antropología, “la académica” dentro de la institución universitaria y la “la profesional” fuera de la universidad.
Esta brecha entre academia y no academia es reflejada y vivida por las personas que inician sus estudios en Antropología.
Un movimiento generacional que se implanta en la disciplina como los “no académicos”, rechazando la antropología académica con toda la fuerza para que la labor de la Antropología no quede supeditada desde la Universidad, donde parece ser que los antropólogos buscan su sustento y en donde el acceso resulta limitado y difícil;
“La profesionalización de la antropología, su emancipación de la vida académica y su incursión en el mundo empresarial, acarrea dilemas éticos y de legitimación para los que los antropólogos debemos buscar soluciones si queremos una antropología viva que realmente actúe como una herramienta útil y activa, de liberación y no de dominación”.
La Antropología esta llena de controversias y el movimiento de antropólogos “no académicos” (que según tengo entendido se inicio ya hace una década allá por los EE.UU) que buscan su lugar en el mercado de trabajo aumentando la tasa de desempleo, hace temblar a la academia y deberían plantearse métodos estratégicos para la inmersión de antropólogos en el mercado y fuera de la academia;
“los antropólogos hemos reavivado un debate para la búsqueda de nuestro papel activo en la sociedad contemporánea, convencidos del poder transformador de la Antropología y de las importantes aportaciones que puede proporcionar para solventar los problemas actuales”.
Continua María Peláez diciendo que;
“la antropología tiene ante sí el reto de hacerse conocer, de crearse una imagen pública con la que identificarse cómodamente y que le permita de forma fácil encajar en un perfil profesional”.
Me resulta que la antropología no llega a encajar en el mercado laboral y lo que hace es trabajar desde la academia, el lugar donde se recrea y alimenta;
“la Antropología se encontraba hasta hace muy poco en un lugar intermedio, y ha sido en la universidad donde ha encontrado un refugio seguro”.
Explica Peláez el cambio que ha habido desde la implantación de la Antropología en la universidad como estudio de grado, en donde la disciplina deja de ser un estudio en el que las personas lo tomaban como una complementación de sus estudios y continúa diciendo que;
“Ante este olvido del mundo laboral, la Antropología se refugia en la academia y la ensalza como único lugar donde desarrollar su labor de investigación”.
Se abre una «brecha» entre los antropólogos que ocupan los puestos en las universidades y los antropólogos que buscan el sustento fuera de la academia por estar saturada y ocupada, dejando fuera a antropólogos que buscan un lugar donde poder realizar la práctica antropológica;
“ante nosotros está el reto de hacer ver a esas empresas, igual que al resto de ONG, fundaciones, asociaciones, etc. la necesidad de incorporar un antropólogo en sus equipos para una mayor eficacia en sus proyectos”
La disciplina tiene que encontrar su lugar y los antropólogos también;
“Los antropólogos estamos dispuestos a salir a la calle pero ofrecerse como investigador social en una empresa, en concreto como antropólogo ¿qué connotaciones disciplinarias conllevaría?, ¿qué conflictos éticos surgirían?”
¿EL GIRO DE LA ANTROPOLOGÍA ACADÉMICA?
Encontrar el lugar en la empresa para que la antropología acceda a la esfera de lo privado y de lo mercantil no parece que sea una tarea fácil ya que la esfera económica que envuelve nuestro mundo contemporáneo, creando desigualdades, impide que la antropología pueda ir trabajando en las empresas o instituciones para el Estado, y lo explica diciendo lo siguiente;
“Si el antropólogo trabaja para una empresa su implicación sociopolítica no va a ir marcada por su ideología sino por los intereses económicos de la empresa, que en algún momento, pueden ir de la mano de intereses sociales y de los grupos investigados y en otros no. ¿Qué ocurre entonces? ¿Apoyar la profesionalización de la antropología puede convertirla en una herramienta de dominación capitalista cómo lo fue en el siglo XIX una herramienta de dominación colonial al servicio de las metrópolis? Dada la vertiente social de la disciplina, la mayoría de los antropólogos verán una auténtica traición el trabajo del investigador para satisfacer las necesidades de una sociedad consumista”.
La antropología en sus inicios como ciencia se abasteció del trabajo de campo en las colonias cuando el imperialismo se expandía sin ningún freno.
Los antropólogos británicos fueron criticados y puestos en tela de juicio por ofrecer la información elaborada de los nativos colonizados a la metrópoli la cual usaba dicha información para la explotación de recursos y culturas.
La disciplina supo emanciparse de aquellas acusaciones y continuar su labor en otros ámbitos, pero, parece que aún tenemos resquicios del pasado. Aun así el dilema esta garantizado y la universidad no parece dar una respuesta a sus alumnos.
“Podemos afirmar que la universidad no dota al estudiante de perfil profesional alguno, más allá de la docencia y el mundo académico, pero posiblemente porque este aún no existe”.
¿Se debe crear el perfil profesional dentro de la academia o fuera de ella? ¿Cuáles son las limitaciones del antropólogo en el mercado? ¿Porqué a día de hoy aun no esta implantada la profesión del antropólogo fuera de la academia? y si lo esta ¿dónde están que no se ven?
“La realidad es que el antropólogo y la Antropología carecen de una imagen social con la que identificarse y esto va en perjuicio de la implantación de los antropólogos como profesionales en el mercado de trabajo, actualizar la imagen del antropólogo de cara a la sociedad, convirtiéndolo en un científico social con relevancia, que puede ayudar a interpretar los problemas contemporáneos y analizar escenarios de cambio que pueden derivar en situaciones conflictivas”.
Me ha parecido interesante escribir este artículo ya que como estudiantes que somos, a veces olvidamos que es que lo que se mueve en la antropología de hoy, nos dedicamos a estudiar la antropología del ayer olvidando los movimientos que se producen en nuestro tiempo.
¿Lograremos algún día a ocupar grandes puestos en multinacionales a favor de una labor mas igualitaria para todos los integrantes de un campo de acción dado?
Aún lo veo complicado, pero se trata de que los que estamos por llegar vayamos dando un lavado de cara a la antropología. ¿Cómo? No lo sé, pero habrá que hacer algo. Mientras tanto la academia quiere burocratizar más la disciplina creando comités éticos que se suponen que mejorarán las etnografías.
El Antropólogo Principiante.
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Todo el monográfico de 2012 de la Revista de Antropología Experimental vale mucho la pena. Recomiendo también el texto de Maria Valdés «Antropología e Interés público», que narra perfectamente las numerosas dificultades que tuvieron que pasar los departamentos (sí, los departamentos) para lograr que el segundo ciclo se convirtiese en grado.
La antropología SÍ existe fuera de la academia, también en España. Existen diversos motivos por los que no se ha visibilizado (que trataré en otro momento). El movimiento «fuera de la academia» en EEUU tiene mucho más de una década, de hecho, tiene casi un siglo.
¡Buen artículo! Un saludo
Gracias Pablo por el peazo comentario.
Felicidades por el articulo. Yo tenia el mismo interés de la invisibilización de la antropologia ante la sociedad y la creacion de espacios donde pueda laborar. Yo creo la antropologia esta pasando la misma situación a nivel mundial. Y hay que siguir luchando y seguir abriendo espacios y darnos a conocer.
Gracias a ti por este estupendo comentario 🙂