El cerramiento cultural es la capacidad que tienen las culturas de cerrarse a lo diferente, a lo nuevo, al descubrimiento, a la adversidad.
En este post vamos a hablar de un tipo de cerramiento cultural, en el que los discursos de odio hacia lo diferente en las sociedades pueden dar paso al rechazo o ataque entre las diferentes ideologías que forman parte del grueso de la cultura. El cerramiento cultural en mi opinión no es nada bueno.
Resumen
EL ODIO HACIA LO DIFERENTE PRODUCE CERRAMIENTO CULTURAL.
El pensamiento racista, que rechaza a lo diferente, a lo extraño, a lo que invade, se incrementa en situaciones de estrés o de invasión donde lo que me pertenece ya no sólo me pertenece a mi sino también al otro, al que invade, al que es diferente a mí.
Ese pensamiento que rechaza al diferente también se acrecienta cuando el que es diferente ataca a algo que es tuyo, que te pertenece y con el que te identificas, se produce cerramiento cultural.
Cuando se produce un “ataque” del diferente, las identidades emergen en un ambiente de crispación causado por el dolor y el rechazo que te produce el sentir como algo igual a ti es atacado.
De identidades trata el asunto. Nacemos en un lugar, nos identificamos con él y con las personas que nos rodean creando nuestras relaciones dentro de un “marco cultural” donde aprendemos a relacionarnos y a entender nuestra propia cultura.
EL CERRAMIENTO DE LA CULTURA.
Las culturas son como círculos que se abren y se cierran en función de las relaciones sociales que se den en un contexto determinado, es por eso que hablamos del cerramiento cultural cuando una cultura se cierra.
La cultura es algo que nos identifica por nuestra forma de relación con los demás, de hablar, de expresar y de entender nuestra propia identidad en base a una cultura diferente.
Si no existieran diferentes culturas, todo sería un aburrimiento, todos seríamos iguales y tal vez no existiría el conflicto cultural, ni la antropología.
El cerramiento de la cultura se produce cuando me siento atacado por una cultura diferente a la mía.
Ese cerramiento consiste en acrecentar lo que es diferente a mí, rechazar al otro y si hace falta incluso deportarlo a un lugar lejos de mi porque no se adapta a la cultura predominante.
El círculo se cierra ante la amenaza. La invasión de lo diferente queda relegada al gueto, a la discriminación y al no querer entender que existen personas diferentes con culturas que son tan ricas y que nos pueden aportar tanto que las despreciamos por el hecho de creer que vienen a hacernos daño.
EL ATAQUE A LA CULTURA Y LA IDENTIDAD
Tras los atentados en Barcelona y Cambrils se produjo un ataque a la cultura, a la identidad, a la integridad física y moral de toda una Nación dividida de por sí, que se ensambla en el lenguaje simbólico del odio a lo diferente.
En el momento que se produce un ataque a la cultura los índices de odio hacia lo diferente por las personas que se identifican con la cultura atacada se multiplican. Da lugar a un discurso para rechazar a lo diferente porque produce daño, es doloso, invaden el espacio y lo peor de todo es el rumor de que los diferentes tienen más derechos en un territorio dado.
LAS SOCIEDADES PLURICULTURALES
Una sociedad pluricultural se caracteriza por aquellos territorios donde conviven diferentes culturas desarrolladas por etnias o grupos que se identifican por unos hábitos, una forma de expresión y un código cultural que hay que descifrar para entenderlo.
El pluriculturalismo puede considerarse como algo de valor o por el contrario ser rechazado y odiado por la cultura que “tiene más derechos” sobre la otra.
Para que una sociedad adquiera el valor positivo de la pluriculturalidad todas las culturas que se relacionan deben ser respetadas sin que se impongan unas sobre otras.
De esta forma, las culturas pueden convivir a base del respeto y la aceptación de lo diferente como algo positivo que enriquece la experiencia humana.
EL DISCURSO DE ODIO HACIA LA CULTURA DIFERENTE es cerramiento cultural
El “Estado de Bienestar” como institución politizada debe de encargarse de ofrecer programas de rechazo al odio en los que a base de legislación ordenan y regulan los procesos culturales para que las diferentes culturas convivan y no sea un problema ante la apertura de fronteras causada por el Neoliberalismo que nos asola.
Cuando existen ataques de lo diferente a lo auténtico, el cerramiento de la cultura se acrecienta con odio hacia el atacante y todo lo que representa. Se pone en jaque a una cultura asentada sobre la cultura acogedora que impone la superioridad en cuestión de segundos.
Los mecanismos de regularización política y social hacen que nos dejemos llevar por sentimientos que están adormecidos y que cuando algo explota se despiertan tras el estallido para incrementar esa identidad cultural que te hace diferente a los demás.
En la unión está la fuerza, o eso al menos dicen, pero en una sociedad individualizada la unión cada vez está más en desuso ya que cada uno mira para su bienestar sin importar el de los demás.
No se debe demonizar a aquellos que no asimilan totalmente el multiculturalismo porque en ellos existen diferentes grados. No es lo mismo la asimilación de otra cultura que se está «introduciendo» en la nuestra cuando se tienen veinte años, cuarenta o setenta. Las motivaciones y sus reacciones son diferentes.