La antropología en busca del encuentro laboral

Hoy vengo con una bomba anticapitalista, si se le puede llamar así, relacionada con los antropólogos que usan la antropología para seguir tratando a las personas como un homo economicus.

El concepto de homo economicus lo aprendí estudiando antropología económica, este concepto refiere por los economistas un comportamiento en el ser humano racional que actúa en beneficio de lograr con un menor esfuerzo un mayor logro.

Este modelo del homo economicus fue acuñado en una economía para modelizar el comportamiento humano.

Gracias a algunos antropólogos economistas como Polanyi, Mauss o Godellier demostraron que existen otros modelos diferentes al homo economicus que sólo intenta conseguir un beneficio a un costo menor, como el modelo de la reciprocidad.

Hace un tiempo escribí “La prostitución de la Antropología” haciendo una crítica al uso de la ciencia antropológica para estudiar el comportamiento humano en base a una economía voraz en el que las personas pasan a ser puros consumistas en busca de la mejor oferta.

Bajo un sistema en el que lo que impera es el mercado, la ciencia opera en sí misma como una ciencia económica en busca del beneficio y la antropología quiere unirse al carro económico.

Resumen

¿Está preparada la antropología para el encuentro en el mercado laboral? 

Antropólogos recién salidos de las universidades se encuentran con la barrera laboral a la que se enfrenta la antropología bajo este sistema de mercado del que tanto se ha criticado.

La Antropología sigue encapsulada en sus conocimientos del saber, bajo esas cuatro paredes que la arrinconan llamada Universidades. Llevo planteándome esto desde hace tiempo sin ver nada claro al respecto. Critico a la universidad como también critico lo que vengo a contaros.

Todas conocemos los daños imperialistas así como los abusos que este sistema promulga en silencio.

También conocemos que la política actual en muchos países denominados «Estados de Bienestar» persiguen un equilibrio entre el mercado y sus habitantes denominados en donde el beneficio del mercado va en pro del beneficio del Hombre Económico.

Si traducimos mercado a personas ricas que tienen empresas y beneficios, en contra de personas pobres que venden su fuerza de trabajo para lograr un beneficio llamado salario precario a cambio de esfuerzo y tiempo nos da el resultado de sistema capitalista en el que los “Estados de Bienestar” intentan equilibrar la balanza económica sin conseguirlo por las desigualdades entre ricos y pobres que actualmente todos conocemos.

El beneficio va en pro de los que tienen el poder, en este caso el económico porque el poder político, pone el culo y la boca para chupar del poder económico y obtener los beneficios que luego catalogamos como corrupción.

La redistrubción de la riqueza es desigual esto está claro, pero el debate al que me refiero de nuevo es al uso de la Antropología en pro de un sistema que tantas desigualdades produce.

Antropología 2.o. Una antropología enfocada en la aplicación de la disciplina.

Mirando las estadísticas del blog, encuentro un link de una web llamada ANTROPOLOGÍA 2.0.  Entro en la web y descubro un abanico de posibilidades del encuentro de la antropología y en el mercado.

«Antropología 2.0 es un proyecto libre, autónomo e independiente con un único objetivo:

PROFESIONALIZAR LA ANTROPOLOGÍA SOCIAL»

Guay, me impresiono al ver el artículo de Antropología en los negocios.

Increíble la descripción que postulan en pro de un uso de la ciencia antropológica para el negocio, enfocada al trabajo en la empresa en la que el antropólogo forma parte, como dicen en Antropología 2.0 haciendo uso del conocimiento etnográfico;

“obteniendo información sobre mercados y consumidores, investigando y optimizando su propia cultura organizacional o facilitando la gestión intercultural en mercados extranjeros donde el factor cultural resulta de tremenda importancia”

Maravilloso, espectacular, me quedo anonadado con esta web, en la que usan la antropología en beneficio del mercado haciendo uso de una antropología que no nos enseñan en la academia.

Aparte de hacer este estudio del consumidor también hacen coalición a un uso de la Antropología en beneficio del ámbito empresarial en donde dicen que;

“Además de poder actuar en el ámbito externo de la empresa, la formación antropológica permite el desarrollo de perfiles cercanos a los recursos humanos, enfocados en el desarrollo de la cultura organizacional de una compañía”

¡Está genial!

¡Me encantan los integrantes de Antropología 2.0!

Al menos hacen uso de una antropología en busca de una apertura profesional en ámbitos de mercado en donde la antropología quiere hacerse hueco y que en algunos países ya se está consolidando una antropología de mercado en donde contratan a antropólogos para hacer estudios del consumidor o para mejorar las relaciones entre los trabajadores de las empresas.

Para ir terminando este artículo en el que quería hacer una crítica destructiva, pero que no he podido por ver esta fantástica web y descubrir una forma de hacer antropología diferente a la que me enseñan en la academia, nuestros compis de Antropología 2.0 terminan el artículo diciendo que:

«La antropología resulta una herramienta muy valiosa para el mundo empresarial. Capaz de acercarse a los consumidores, valiosa para construir equipos o mediar en contextos interculturales, la antropología de los negocios aporta un valor añadido a las empresas que recordemos, se mueven en entornos cada vez más competitivos».

¿Debería de existir algún planteamiento ético del uso de la antropología aplicada a los negocios? 

Si hay un objetivo que tengo en común con Antropología 2.0, es salir de las paredes académicas a resueltas de la opinión entre una antropología convencional en donde antropólogas buscan el reconocimiento académico y digamos, una antropología  aplicada, emprendedora, de negocio, que se dirige hacia eso que tanto ha criticado la antropologíal;  el mercado y el capital.

Y es que cuando escuchamos capitalismo a las antropólogas nos remueve algo en el estómago que tendemos a rechazarlo.  

Introducir la antropología dentro del mercado como una herramienta más en favor de la empresa o la entidad pública que sigue tratando al ser humano como un ser humano que consume,  en el que lo único que importa es su capacidad de consumo, ya se sabe que lleva a cuestionamientos éticos.

Si no crea estos planteamientos éticos,  es que tal vez deberíamos de repasar los famosos artículos de la triple AAA  American Anthropological Association y los planteamientos éticos. 

Cualquiera le dice a una empresa que lo que importante de contratar a un antropólogo radica en que se va a hacer un etnoestudio del comportamiento para ver cómo se comporta su consumidor en base a su producto o servicio, que le darás un informe de tu etnografía y que le dirás a tu contratador cómo se comporta tu consumidor en base al comportamiento con un producto, para que  cuando lance la oferta acuda como un loco a comprar ese objeto tan deseado gracias a un estudio antropológico.

¿Esto no es seguir tratando al ser humano como un homo economicus?

Tal vez este cuestionamiento no me lo haría si no fuera porque me preocupo en demasía por el uso que le demos a la disciplina como antropólogas han hecho alguna vez que otra en pro del beneficio económico y el poder estatal como nuestra querida Margaret Mead.

Yo ya no sé ni lo que pensar.

Yo me canso de que me traten como un homo economicus, bombardeado con publicidad en todas partes, pasear por el centro de la ciudad y sólo ver  a personas que sólo van a comprar, con los centros históricos cargados de comercios, escaparates, bancos, despropiando la ciudad a los ciudadanos para cederla a los empresarios o al turismo como pasa en Barcelona.

Un homo economicus al que le crean centros comerciales, como el centro comercial Nevada, en la ciudad de Granada, con el que me quedé impresionado tras ver que la ciudad tan sólo dispone de un parque de ocio en donde las personas pueden pasar un día de domingo al aire libre y en vez de eso, el mercado, poder económico y la política propone seguir con una economía de consumo creando mega centros comerciales para que los homo economicus acudan el fin de semana a un centro en donde la diversión del consumo está garantizada bajo techos de cristal, sin oxígeno y con un lema cargado de «comprar te hará feliz».

Si la antropología tiene que abrazar al mercado, a la empresa, al mantenimiento de una estructura desigual, tal vez debería de plantearse y cuestionarse el debate ético que la antropología lleva sufriendo desde hace tiempo.

¿Estamos dispuestas a trabajar como antropólogas a cualquier precio? 

Si hay algo en lo que me siento identificado con el creador de Antropología 2.0 Pablo Mondragón Valero, es en su formación en medios digitales.

En mi caso, este blog me llevó a seguir ampliando conocimientos sobre como los medios digitales transforman el día a día de las personas.

Este día a día es bien conocido por el mercado compuesto de empresas que usan estos medios digitales para seguir tratando al hombre económico bajo un perfil consumidor que busca el beneficio en base a la oferta.

Mis conocimientos en comunicación digital me llevan a buscar una salida profesional en entornos digitales, de hecho abandoné los estudios de  antropología para formarme en marketing digital y así poder ofrecer mis conocimientos a empresas, organizaciones o instituciones en pro de un beneficio económico del uso de los medios digitales.

Ahora he pasado de mirar a la antropología como lo hacía antes y me hallo investigando el mercado y como solucionar y obtener beneficios en los medios digitales, un conocimiento que he ido adquiriendo y que va separado de mi formación como antropólogo en la que en ningún momento mezclo la antropología como una herramienta para aplicar un beneficio al mercado en base a un estudio previo del consumidor, el homo economicus.

Puede resultar contradictorio mi enfoque, pero pienso que si seguimos mezclando la antropología con un mercado desigual puede ser que dentro de un siglo la antropología sufra otra crisis y sea tan criticada como lo fue en la época colonial.

Ya sabemos que los antropólogos coloniales recababan información en pro de las metrópolis que usaban esa información para dominar a la cultura que consideraban «salvaje».

Puede ser que las antropólogas digitales reciban la misma crítica al hacer sus etnoestudios tratando al ser humano como un humano que solo piensa en comprar, alimentando la rueda que nos asola, de esa de la que difícilmente podemos escapar ya.

No sé hasta qué punto la orda de antropólogas recién salidas de la academia van a seguir el camino de la antropología aplicada a los negocios o por el contrario se va a quedar encapsulada en sus cuatro paredes universitarias.

Como podrás comprobar critico ambas posiciones y las critico porque no encuentro mi lugar en la antropología, por eso dejé de estudiarla y contar lo que pienso de todo esto en este blog. Es un rollo la verdad. Me encantaría ser antropólogo pero a veces me pierdo y me distancio.

Por un lado me gustaría que la antropología abriera camino como lo están haciendo en antropología 2.0 y por otro me asusta hacia donde se dirige este mercado en donde cada vez hay más desigualdades y en el que los antropólogos rompen con el poder hegemónico que ostenta la disciplina con sus atriles académicos, ofreciendo sus conocimientos en pro de un beneficio y de seguir tratando a las personas como personas que consumen.

Yo mismo me debato mis planteamientos éticos bajo dos identidades diferentes.

En verdad tengo mil identidades, como mis queridos Queer o como decía Zygmunt Bauman en Sociedad Líquida «La mayor preocupación de nuestra vida social e individual es cómo prevenir que las cosas se queden fijas»

Por un lado mi identidad como conocedor de medio digitales en donde aplico métodos para dirigir a las personas hacia un fin y mi identidad como antropólogo principiante que sigue descubriendo esta ciencia y criticando un mercado desigual.

Yo mismo tengo un cacao en la cabeza, soy consciente y uno de los motivos por los que decidí dejar de estudiar antropología fue este mismo.

Para poder continuar con mi formación en marketing digital he tenido que separarme un poco de la antropología.

 

Pero aunque conozca la ciencia del marketing y la publicidad soy un fiel amante de la antropología, lo que pasa es que el marketing da de comer y la antropología, difícilmente no lo da. 

Recordar futuros antropologuines, no estáis solos ni solas.

 

2 comentarios sobre “La antropología en busca del encuentro laboral

  1. Eva Contestar

    Pienso que depende de cómo lo mires, a mi me pasaba precisamente eso cuando trabajaba en el sector de marketing, había veces que me sentía estar estafando a los clientes de la empresa para la que trabajaba, pero por otra parte los reclamos que estaba creando, le ayudaban a conseguir clientes que le hicieran poder continuar con su negocio. También depende de la intención que pones, no todo es consumir, yo por ejemplo consumo en cursos de formación, lo cual me ayuda a crecer como personal y futura profesional del sector, pero en cambio no soy capaz de ir a Primark y consumir prendas que sabemos quienes las hacen y bajo que condiciones… Ambas empresas utilizan un marketing para atraer mi atención, lo único es que mis valores van de acuerdo a un sector y no al otro e imagino que con cada persona ha de ser todo un mundo diferente…

    No sé si van por aquí los tiros, pero cuando estuve trabajando en el sector donde tu ahora entras, tuve esa crisis que tu has tenido con la antropología, pero pienso eso, tienes que saber verlo con tu perspectiva y después valorar si te merece o no la pena seguir con la filosofía de la empresa donde estés, ya que justo es lo que me ocurrió, mis valores y mi método de trabajo se oponían por completo a los de la empresa que solo querían vender, para ellos el marketing era igual a vender, sea como sea.

    Tal vez sea muy cumbayá y quiera ver la antropología desde una perspectiva más positiva, conocer a tu público para saber qué necesita, pero claro, todo se corrompe, Facebook también empezó de una forma muy bonita para conectar a gente y ha acabado, en mi más humilde opinión, siendo como un cáncer, ya que te engancha y te consume el autoestima hasta destruirte o venderte lo que ellos quieren.

    • El Antropólogo Principiante Autor del artículoContestar

      Gracias Eva, opino lo mismo que tú. No todo el que trabaja en marketing tiene que hacerlo por una mala causa. Es como demonizar al marketing cuando existen muchos tipos de marketing para atraer la atención de los usuarios. En cuanto a Facebook y algunas redes sociales, pues ya sabemos lo que ocurre.

      1. Son macroempresas que trabajan con la información.
      2. La información es el recurso económico más valioso en nuestra era, antes eran las tierras que tenías, ahora es la información.
      3. Como macroempresas que son y desde que Facebook entró a bolsa, se ha pervertido a más no poder, para que pases por caja, con sus cambios de algoritmo.

      Estamos viviendo una era sin precedentes en donde te cuentan la milonga de que la información está al alcance de todo el mundo cuando sucede todo lo contrario, la información que te muestran buscadores y redes sociales está relacionada más con los recursos económicos que con la información en sí misma.

      Vamos que ves lo que ellos quieren que veas, ves lo que otros pagan para que veas…

      Creo que me estoy rallando jeje Un saludo.

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