No se si os ha pasado, pero a veces pienso que los de mi entorno me miran con cara extraña.
La culpa, el holismo.
Como antropólogo principiante, estoy aprendiendo esta ciencia empírica que analiza las diferentes realidades humanas.
Pues bien, he dejado de tener mi propia realidad para verla con el prisma de las personas que viven la suya propia.
Resumen
¿Qué es el holismo en antropología?
El holismo, si no lo sabéis, es la visión característica de la antropología, una herramienta imprescindible para realizar etnografía, lo que llamamos en antropología el trabajo de campo.
Analizar, ver, descubrir, enfocar los diferentes puntos intrínsecos que se pueden hallar en una cultura dada.
El holismo es una peculiaridad de la antropología imprescindible para hacer trabajo de campo.
Los dos, holismo y trabajo de campo, forman una díada imprescindible para realizar una buena etnografía.
¿Cómo puedo dejar la visión holística a un lado en el entorno de mi propia cultura?
Desde que empecé a estudiar antropología, a comprender las diferentes corrientes teóricas así como técnicas en el trabajo de campo de las cuales aun me queda un mundo por descubrir, mi propia cultura no la vivo como antes.
Como ser humano que vive en sociedad, en diferentes espacios sociales construidos en la cultura en la que vivo, en un sistema capitalista, en donde el individuo es el motor de la fuerza económica y moral en un mundo cada vez más “global” (perdonar por esta parrafada, pero es que estudio Antropología Económica y me hace decir estas cosas), mi propia perspectiva ha cambiado.
Ya no soy igual que antes, he perdido cierta felicidad.
¿Cómo pierde la felicidad un antropólogo?
Pues por ejemplo, cuando descubres cómo funciona una sociedad o como pretende funcionar.
Desde que estudio antropología las instituciones políticas ya no me parecen lo que eran antes, ahora estas instituciones que formulan leyes para regular la vida de los individuos, modifican desde los sistemas de parentesco, con leyes que regulan el aborto de las mujeres, o las que regulan el derecho al matrimonio de las personas que no sean hombres y mujeres necesariamente, para unirlos en el contrato legal, o pueden regular los sistemas de género decidiendo que considerar una enfermedad y lo anormal en base a la normalidad hegemónica basada en la naturalización biológica, por poner dos breves ejemplos.
Si hablamos del sistema económico…
Pierdes cierta felicidad cuando ves que el sistema económico genera grandes desigualdades, generando grandes beneficios para algunos y grandes labores de proeza para sobrevivir en una cultura de otros. Antes no era consciente de estos procesos institucionales que envuelven a la cultura. Y claro, para eso estamos las antropólogas, para poder comprender las diferentes instituciones que envuelven al ser humano en su cultura desde los sistemas de parentesco, políticos o económicos.
De ahí, que me hagan sentir extraño.
¿Porqué el holismo me hace sentir extraño?
La gente que me rodea, a veces no entienden lo que hablo, o no tienen esa capacidad holística y abierta que nos ofrece la antropología y se centran en su propia vivencia cultural.
El holismo es una herramienta básica para hacer etnografía, los antropólogos van adquiriendo esa capacidad de reflexión y abertura visual, de lo que les incumbe en el estudio de una cultura dada.
Antes no pensaba, ni reflexionaba como ahora, tan solo quería un trabajo para poder ganarme la vida, sin ni siquiera pensar que hay multitud de formas para realizar esta supervivencia social.
Antes no me preocupaban las políticas que emanan de los parlamentos, ahora me parecen impresionantes como distribuyen los recursos en un entorno cultural.
Antes no sabía que era el holismo y mi pensamiento era el único válido para mí mismo, ahora ya no me pasa porque abro los ojos, relaciono los puntos interconectados que hacen que una cultura tome forma, que unas personas vivan con sus propias pautas convencionales, al igual que en mi propia cultura.
Intento ver con el prismático antropológico donde están esas logias que hay que descubrir para comprender el proceso institucional que regulan las culturas, en este caso, la mía propia.
Muy bueno el artículo, lo comparto!!!
Me has pillado, impresionante
Pero amigo, llorando por lo que has pagado no le das suficiente peso a tu adquisición ¡Que feliz es ser más consciente de lo que eras antes!
¿Y lo divertido que es ver cómo la gente se aferra a sus enclenques prejuicios? ¡No se los quites que es lo único que tienen!
A mi lo que más me gusta es adoptar una pose o la contraria según la situación, para causar conflicto, aunque sepa que una y otra son igual de insuficientes.
Si quieres ser un divulgador escribe libros, pero no intentes demostrarle a mi abuela que su dios cristiano no es mejor que Monikniki, porque te vas a llevar una azotaina ;D