Su manera de no entenderme no era la misma
que tenía yo de no entenderlos
Roy Wagner
En las siguientes notas espero mostrar algunos aspectos que los estudios de corte etnográfico han mostrado a lo largo de los años. Mi herramienta de análisis encuentra soporte en las historias orales porque en ellas encuentro los “declives” que presenta el estudioso de lo social. Trataré de argumentar que como técnica de investigación, las historias orales –aquellas que reflejan la memoria histórica de las comunidades– son simples elaboraciones de quien las narra o de quien las escribe, ya que en ellas hay cabida para visiones del futuro, denuncias sociales o peticiones y reclamos.
Generalicemos la idea, “los hechos recabados aisladamente no tienen ninguna validez y terminan por dar una imagen del nativo completamente distorsionada, sensacionalista y equivocada” (Payá, 2006: 388).
Esto suena interesante pero ¿qué viene después de la unión que el pueblo hace con el ejército zapatista?, ¿cómo repercute en el pueblo de San Lorenzo? No hay alusión a ello. El autor ahora se concentra en asegurar la pertinencia del acontecimiento porque el pueblo posee material fotográfico y que un originario del pueblo participó en la revolución y no hay más. Se presentan datos, pero no se describen ni mucho menos se analizan desde lo que el pueblo nos dice, sí es importante saber que hubo un revolucionario en el pueblo pero para que se menciona si no se conoce más. No todo queda ahí, en el manuscrito también se encuentra la ocasión para hacer denuncias sociales y maldecir al capitalismo. Aquí la transcripción de un fragmento que hace alusión a ello:
En San Lorenzo Tezonco atravesamos por una crisis de nuestras tradiciones y está en nosotros, sus habitantes, luchar y no dejarlas perder. Pero tenemos un problema enorme: al encontrarnos en la delegación de Iztapalapa, la cual es la delegación con más problemas de inseguridad, con más problemas de falta de agua, la delegación más poblada, y al acercarnos a sus autoridades para solicitar apoyo, nos contestan que no tienen presupuesto para este tipo de actividades […] Cuando estábamos realizando la investigación histórica fotográfica […] nos acercamos a la delegación para solicitar apoyo para montar la primera exposición que se realizaría en el pueblo. Nos prometieron algunas mamparas, pero cuando llegó el “apoyo” no eran más que unas cuantas tablas viejas y podridas, y realmente […] nos daba pena montar la exposición en esa basura […] nos prometieron que nos iban ayudar pero nunca llegó nada […] En las delegaciones vecinas […] vemos con envidia como las autoridades los apoyan tanto económica como logísticamente para conservar sus costumbres y tradiciones. Es la mala fortuna de estar en la delegación más problemática del Distrito Federal (Nazario, 2008: 63-64).
El trabajo etnográfico que busca enaltecer la voz de los sujetos de estudio, por qué se hace alusión a las frustraciones. A esto me refiero, se utilizan los discursos orales para armar las desgracias de la comunidad, lo peor es que se escriba y se presenta como un trabajo propio de las ciencias sociales.
Bien lo diría Clifford Geertz “al etnógrafo no se le cree por la precisión y extensión de sus descripciones, sino por su solidez como autor” (1988: 4).
Bibliografía
Consejo de la Crónica de la Ciudad de México (2003), Historia oral de los barrios y pueblos de Coyoacán, México: GDF / Delegación Coyoacán / DGC.
Geertz, Clifford (1988), Works and Lives. The Antropologist as Author, Stanford: Stanford University Press.
Nazario Cruz, Luis Fernando (2008), “San Lorenzo Tezonco, herederos de promesas”, en Crónicas de los pueblos originarios, México: UACM, pp. 51-64.
Payá, Víctor (2006), “Aproximaciones teórico-metodológicas al objeto de investigación: el investigador y el problema de la implicación”, en Vida y muerte en la cárcel. Estudios sobre la situación institucional de los prisioneros, México: Plaza y Valdés, pp. 385-417.
Este texto ha sido escrito por Héctor Adrían Reyes García.
Gracias 🙂
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