¿Para qué sirve la antropología? Una aproximación cauta.

Para que sirve la antropología es el título que le he puesto a este post. Desde que comencé a estudiar antropología mientras dura el curso académico sólo tengo tiempo para leer los libros de texto que me entran para exámenes. En verano, aprovechando el parón académico intento leer algún libro que no trate de antropología pero, no lo consigo.

El verano pasado leí «Héroes, científicos, heterosexuales y gais. Los varones en perspectiva de género», de Oscar Guash. Este verano siguiendo un poco la línea leí «En tu árbol o en el mío. Una aproximación etnográfica a la práctica del sexo anónimo entre hombres» Jose Antonio Langarita Adiego.

Como puedes imaginar, voy definiendo un poco el ámbito que me interesa dentro de las “especialidades” de la Antropología. Género, cuerpo y sexualidad forman de momento mi triada  de atención. Una pena que en la programación del grado sólo tenga una asignatura que trate de estos temas.

Algunos de vosotros sabéis que para un trabajo que realicé en la universidad hice un acercamiento hacia una comunidad. Intenté realizar el trabajo que se me exigía para superar la asignatura lo más real posible. Digo lo más real posible, porque se trataba de hacer una práctica etnográfica en la cual teníamos que prestar atención a  las diferentes relaciones que se podían observar en el campo, las conocidas seis llaves de Ángel Díaz de Rada, profesor de la asignatura de etnografía, al que muchas alumnas le tenemos un cariño inmenso por facilitarnos el trabajo de campo desde la virtualidad.

La aproximación al trabajo de campo que realicé fue en un espacio público en Barcelona en donde hombres tienen relaciones sexuales con otros hombres, el conocido cruising en la cultura gay. Tras este acercamiento e intento de realizar etnografía, me topé con el trabajo de Jose Antonio Langarita Adiego profesor de antropología en la Universidad de Girona.

Una vez realizada mi observación no participante, y digo no participante por no participar en los rituales de interacción, o al menos no ser participe y llegar a la finalidad del ritual que en la mayoría de las veces consiste en tener una relación sexual, pude comprobar que la antropología da mucho de sí.

La antropología es infinita. No hay una verdad absoluta, sino miradas absolutistas. Comprender lo que ocurre en las relaciones sociales e investigar  eso a lo que llamamos cultura es muy complejo y difícil para mí.

Mi amiga Nairobi es muy crítica a esta cuestión y siempre menciona que los antropólogos parece que tengamos el don de la sabiduría, con nuestro lenguaje peculiar y las palabras que soltamos que sólo entienden los antropólogos.

–¿Para qué sirve la antropología? – me preguntó una vez mientras tomábamos cerveza en su salón.

Sé, que ella es crítica a lo que dicen los antropólogos así que intenté ser lo más cauto posible y no denotar la sabiduría absoluta sobre la cultura, más que nada porque no la tengo y no existe como algunos se piensan tener. Para describir para que sirve la antropología hay que dar muchas vueltas al concepto y definir o aproximarse a una definición generalista sin poder explicar para que sirve la antropología de forma general porque sería un absurdo.

-Pues la antropología -lancé mi discurso sobre este tema tan complejo- sirve para conocer la cultura que envuelve al ser humano en sus relaciones sociales y culturales. Sirve para comprender los procesos por los que el ser humano se relaciona, por qué hace aquello o aquello otro. Todo esto es muy bonito, pero la antropología en mi opinión,  es una herramienta que sirve para conocer las desigualdades locales que se dan en los grupos humanos, y digo locales porque estamos “englobados” en el pensamiento de lo global, de lo único, como si sólo existiera una forma de vivir, la occidental. Y para frenar un poco el occidentalismo la antropología está ahí, para decir que no, que no todo es tan global como nos pintan y que la «globalidad» en la que estamos inmersos no es más que una estrategia de poder. Un poder que produce desigualdades, unas desigualdades que la antropología se encarga de descubrir e incluso participar hacia el cambio igualitario entre diferentes grupos o comunidades humanas envueltas en sus políticas desiguales.

Al parecer mi amiga Nairobi se quedó un poco muerta por lo que le dije, y me respondió;

-Tras haber realizado la misma pregunta a varios antropólogos me quedo con tu versión.

Por fin podía cambiar un poco la visión reaccionaria que tenía Nairobi con la Antropología. Algún día me gustaría hacerle una entrevista.

A la pregunta para qué sirve la antropología, mi respuesta puede ser una de tantas y según la especialidad o la disciplina en la que te muevas podrás optar por otra definición.

¿Esta bien mantener relaciones sexuales con los informantes? Aproximación ética en el trabajo de campo. En este post escribí mi experiencia en el trabajo de campo y como entré en conflicto con otro antropólogo que había realizado trabajo de campo en el mismo sitio  que yo observaba. Dio como resultado.

«Ética entre los arbustos; la postura del antropólogo como actor sexualizado en el trabajo de campo y la observación sexual-participante» fue el resultado de la observación realizando etnografía que dos años después y tras haber aprendido un poquito más de antropología se ordenaba un discurso que tenía en mente.

Te puede interesar otra conversación que tuve con mi amiga Nairobi sobre la antropología.

-El lenguaje extraño de la antropología.