Resumen
Sobre la frase en latín “errare humanum est”, o lo que es lo mismo, “equivocarse es humano”, existe un largo viaje desde que el homínido se hace bípedo y empieza a utilizar las manos como un instrumento de supervivencia. De ahí en adelante las distintas especies que conformarían el “evolutivo” proceso de desarrollo humano sería estudiado unos cuantos millones de años después por especies como el homo sapiens sapiens, el hombre que empieza a pensar. Se iniciaría así una apasionante curiosidad por conocer quiénes eran esos antepasados que tenían costumbres de vida muy distintas a la precedentes.
El interés del hombre por buscar en el pasado y saber de dónde viene, es algo que todavía a día de hoy se discrepa entre la comunidad científica para conocer más y con más exactitud; pues ya no valen las aproximaciones para hallar al hombre en sus contextos sociales, sino que se necesita situar sus acontecimientos de forma cronológica y geográfica lo más exacta posible. Esta curiosidad va más allá de lo que las clases de historias nos han contado, que como siempre, nos tienen mal acostumbrado, al hacérnosla ver desde la perspectiva más etnocentrista de los ideales personales.
Si hasta ahora hemos creído conocerlo prácticamente todo, alguien estaría muy equivocado. La propia historia de la humanidad no es más que un fracaso, fruto de nuestra chapuza de la evolución. Y si tuviéramos la opción de destruirlo todo, absolutamente todo, volveríamos a caer en los mismos errores de la codicia, el egoísmo, la avaricia, el sufrimiento, la infelicidad, etc. Así es como se presenta este panorama y cuantos se tuvieran que revivir otros millones de años más; es mi propia visión desde esta perspectiva humana y hacía dónde, cómo, cuándo y qué es de esta especie humana, que tan diferente nos hemos convertido de cualquier especial animal desde la razón y la lógica, esos términos que tanto acuñaba Platón. Solamente hay que seguir las huellas del hombre que a lo largo de sus respectivas historias ha ido dejando al paso de su existencia. Relacionar similitudes actuales con las pasadas, como la segregación del sexo hombre-mujer, con funciones diferentes asignadas desde esos tiempos remotos -con o sin discriminación-, pero ya existía una brecha que separaba los comportamientos entre ambos. Todavía hoy día perdura esa división sexual después de millones de años. Las luchas por los territorios y el afán de llegar al poder cuando las sociedades son estratificadas por clases sociales –la creación de los Estados-, la religión como excusa para la guerra, y más tarde la consolidación de un poder planetario, que como no podía ser de otra forma, y ya lo anunciaba Karl Marx, el capitalismo. Definida como una bestia, inventada y creada por el ser humano, como su maquinaria intelecto que insatisfechamente no se pone límites allá donde se ponga el Sol en la Tierra. Y es que el ser humano está condenado por sus atrocidades a vivir necesitando cada vez más consumo y cada vez más siendo un esclavo.
Escrito por Andrés López, es antropólogo.
Un gran abrazo colega.