Etnografía de un ritual funerario

Etnografía de un ritual funerario es un escrito de mi querido Wilmer.

Uno de los comportamientos del ser humano que atraen al antropólogo es el momento de la muerte de un ser querido. Observar los acontecimientos que se dan en un grupo humano cuando un ser querido nos deja es una tarea que la antropología se encarga de describir ofreciendo unas dinámicas de observación y descripción dignas de mención.

Son muchas las antropólogas que han escrito sobre la muerte. Rituales diferentes se dan en contextos socio culturales diferentes. No es lo mismo morir aquí, que morir allá.

Vivimos la muerte de formas diferentes. El ritual está presente en todos los ritos funerarios que envuelven la muerte de un ser querido o no tan querido. El llanto, el luto, la repartición de bienes, el canto o la danza pueden ser algunas de las expresiones culturales y simbólicas del significado de la muerte que le damos estando vivos y que vivimos cuando nos deja un ser querido.

Wilmer Mejía Carrión, colaborador de este blog, ha escrito una etnografía digna de leer, “Los funerales de Mamá Shiba. Etnografía de un funeral en un pueblo de la sierra norte peruana”. Esta etnografía va acompañada de una descripción del ritual funerario que describe las pautas del rito como mejor sabe hacer un antropólogo, observando y participando. Describe el lugar, el comportamiento, las diferencias de género o el canto ritual que se da en el entierro como forma de expresión cultural en un pueblo del norte de Perú.

Cuando Wilmer me envío este texto, me quedé encantado. A él le preocupaba que la etnografía estuviera falta de recursos bibliográficos restándole importancia por carecer de ellos. A mi sin embargo me pareció todo lo contario, lo que describe es una gran etnografía sin tener que  acudir al recurso bibliográfico como forma de asentar el conocimiento.

El documento  incluye una serie de imágenes que marcan la historia y hacen que el lector pueda ver la descripción que hace el antropólogo con más nitidez.

Una vez más, gracias Wilmer por enviar tus escritos. 🙂