Existe en género en los juguetes, son los juguetes fundamentales en el papel del género, analizamos una campaña publicitaria del género en los juguetes.
Resumen
EL GÉNERO EN LOS JUGUETES.
Toy Planet ha lanzado una campaña publicitaria rompiendo los roles de género.
La polémica se ha generado y Toy Planet sabe que su publicidad será más vista que nunca.
En el catálogo podemos observar como los niños juegan con muñecas y las niñas juegan con camiones, rompen los roles de género establecidos en nuestra cultura donde los niños tienen que ser conductores y las niñas amas de casa, más que romper con el rol de género, yo diría que rompen con las actividades normativizadas de género en nuestra cultura.
Empecé a mirar el catálogo de publicidad, 184 páginas llenas de juguetes, niñas y niños que cambian sus aficiones, o que les quieren cambiar sus roles cambiando sus actividades lúdicas.
Como iniciativa visual de publicidad ha dado su resultado, pero tal vez, unas imágenes no pueden cambiar el rol de género atribuido a los juguetes, aunque por algo se empieza.
Tal vez el rol de género se construya en la familia, pero claro la familia está formada por la política y la política por el consumo, así que sin una política que iguale los roles de género, poco va a hacer una campaña publicitaria, pero bueno…
Está bien que un niño juegue con su carrito de coche y su muñeca, no veo mal que una niña coja las herramientas y se ponga a arreglar las cosas de casa.
El juguete está cargado de simbolismo de género y eso hace que la imagen impacte al consumidor, en este caso, es el objeto en forma de juguete lo que percibimos como género y no al uso de quien se lo de, de si es niño o es niña.
El secador, la muñeca, los cosméticos, la cocina, están cargados de un simbolismo representativo del género femenino.
El coche, el martillo, la pelota de fútbol están cargados de un simbolismo representativo del género masculino.
¿Romper con el símbolo atribuido a los juguetes supone romper con el género atribuido a las personas?
Al parecer sí y esta empresa ha conseguido tener mas expectación que nunca. Parece que se le escapa a esta empresa el simbolismo del color.
Normalmente se asocia el color empleado en la vestimenta, azul al niño y el color rosa a la niña, en el catálogo no he visto a ningún niño vestido de rosa y a ninguna niña vestida entera de azul,
¿El color no es representativo del género?
¿Por qué no sale ningún niño vestido de rosa?
Tal vez, sería romper demasiado con el simbolismo de género, tal vez el color no sea representativo para una campaña de publicidad, cosa que dudo.
¿Hasta que punto esta campaña rompe con los estereotipos de género?
¿Cuantas variables de género pueden aparecer en esta campaña publicitaria?
Con la ruptura de los roles de género, se consigue que niños jueguen a las cocinitas y niñas a los coches, la cuestión es jugar, que importa con un juguete u otro.
Lo curioso son a los juegos que tienen que jugar nuestros niños, tienen que jugar a limpiar la cocina, a maquillarse para estar guapas, (digo guapas porque al parecer los niños no se pueden maquillar, según el catálogo), a arreglar cosas con herramientas, a tener una moto, a tener un coche, en definitiva a consumir, trabajar, crear un canon de belleza…
Está bien que se visualice roles de género en la publicidad dirigida a los niños, pero…
¿Por qué no sale ningún niño vestido de rosa?
¿Acaso eso rompe los moldes de la masculinidad homogeneizada?
¿Si viéramos a un niño jugando en la cocina de plástico con un delantal de lunares rosa y rojo veríamos con los mismos ojos esta publicidad que lo único que hace es cambiar los roles de género atribuidos a una función representativa en la que el niño o la niña entra en interacción con el juguete?
Las variables de género pueden ser bastante diferentes entre sí, la imagen está vendida e intentan vender la igualdad, una igualdad del consumo, porque en la imagen de las cocinitas la que lleva el delantal es la niña y no el niño.
Espero que para la próxima vez contraten a una antropóloga o antropólogo para hacer este tipo de publicidad seguro que las variables de género pueden ser más coherentes y holísticas.
Uno de mis recuerdos más espeluznantes de este año fue pasar hacia las 9 de la mañana por la calle y escuchar a un padre que le decía a su hijo (de unos 4 años) que los niños tenían que jugar a juegos de niños y las niñas a juegos de niñas.
De hecho, mientras se siga esperando que los hombres seamos fuertes, decididos, agresivos y las mujeres sumisas, de poco valdrán campañas como esta. Porque los niños son antenas que amplifican todos los mensajes que reciben, grabadoras que registran e imitan lo que ven. De momento, me reconforta el hecho de que mis sobrinos, de la edad de ese chico que vi, son igual de felices con un camión de bomberos que con una aspiradora de juguete.