El capitalismo de vigilancia un capitalismo que cada vez tiene más poder político y económico.
Ya sabemos que todo lo que toca el capital lo destruye, lo transforma o lo renueva.
El capitalismo ha ido adquiriendo diferentes formas desde su inicio allá por la revolución industrial, una revolución que cambió los modelos sociales en todos sus ámbitos, político, religioso, de parentesco, etc…
Ya tenemos muy estudiado y explotado el capitalismo en su vertiente más arcaica, aquella en la que Henry Ford creó las cadenas de producción para crear en masa.
De ese capitalismo va quedando cada vez menos y nuevas formas de capitalismo con la irrupción de la tecnología han llegado para quedarse.
Resumen
¿QUÉ ES EL CAPITALISMO DE VIGILANCIA?
El capitalismo de vigilancia es un concepto que cada vez coge más fuerza en nuestro mundo actual.
Este concepto lo popularizó una psicóloga social, Shoshana Zuboff, al que refiere la mercantilización de datos personales y la transformación de la información personal en una mercancía sujeta a la compra y venta con fines de lucro.
¿Te suena esto de algo? Pues seguramente que sí.
Cada día millones de personas se conectan al capitalismo de vigilancia.
Las conexiones a internet se han intensificado y la vida social ahora la hacemos en redes sociales.
Si antes nuestra vida social la hacíamos en la calle, en bares, en centros comerciales es normal que el capitalismo estuviera ante nuestros ojos a cada paso que dábamos, sobre todo en las grandes ciudades y medios de información arcaicos como la radio o la televisión.
Ahora como los actores de consumo se relacionan en la red social conectados a internet, el capitalismo se vuelca allá donde esté su consumidor.
Ahora el capitalismo se centra en la recopilación y procesamiento de datos para obtener el poder corporativo en lo digital.
El capitalismo de vigilancia se escuda en la optimización y mejora del ser humano en el día a día como pueden ser el concepto de smart city, casas inteligentes o el uso de la tecnología para el bienestar humano.
El eslogan es sencillo, avanzamos hacia un mundo totalmente digitalizado, y las grandes corporaciones detrás del capitalismo de vigilancia se encargan de que así sea como Google o Facebook.
CAPITALISMO INDUSTRIAL VS CAPITALISMO DE VIGILANCIA
Ambos tipos de capitalismo son dos conceptos abstractos, el primero ya lo conocemos porque llevamos años estudiando y viviéndolo en nuestras carnes, pero el segundo avanza sigilosamente y con una metodología más perversa.
El capitalismo industrial es interdependiente de sus poblaciones que son consumidores y empleados. Quiere decir que el empleado normalmente no tiene una relación directa con el consumidor.
Por ejemplo si trabajo en una fábrica de coches en la cadena de producción, el destino final de ese coche va a un consumidor pero yo como currante no tengo relación con ese consumidor si no que hay una cadena de montaje y venta en la que yo formo parte.
Sin embargo en el capitalismo de vigilancia empleados y consumidores se unen en una relación en la que desconocen cuales son los procedimientos de relación.
Las empresas en el capital de vigilancia se alimentan de los datos de consumidores y empleados para ser analizados y ponerlos en relación en el nuevo sistema capital mientras que consumidores y empleados no conocen bien las nuevas reglas del juego y son manipulados gracias a los propios datos que ofrecen para su nueva vida social en internet.
Si no tienes instagram no existes, si no tienes whatsapp no te comunicas, si no tienes twitter no estás al día, si no tienes facebook no tienes amigos.
El capitalismo de vigilancia poco a poco ha ido jugando un papel principal para gobernar y transformar culturas que cada vez están más digitalizadas.
Las estructuras de poder hace tiempo que fueron destituidas, el Estado-Nación ha ido perdiendo fuerza con el capitalismo industrial y ahora con el capitalismo de vigilancia son las grandes corporaciones como Google o Facebook las que tienen el poder de decidir sobre la población.
Las democracias y otras formas de gobierno han dejado que el poder que antes se repartía entre los Estados-Naciones que competían entre sí para seguir en la cúspide pase a las grandes tecno corporaciones que ahora toman decisiones económicas, políticas y sociales.
Los medios de comunicación tradicionales han ido perdiendo peso y son ahora estas tecno corporaciones las que manejan la información y tienen el poder del cambio social.
EL CAPITALISMO DE VIGILANCIA Y EL MERCADO ECONÓMICO
El capitalismo de vigilancia es una nueva forma de mercado en la que se extrae y transforma la información del capitalismo de la información.
Esa extracción de datos es transformada para el análisis y venta.
La extracción de datos para el análisis y venta pone en jaque a derechos fundamentales como la libertad, la democracia o la privacidad de las personas que venden sus datos dando al botón de aceptar sin antes leer las políticas de privacidad.
La sociedad ha dejado a un lado su privacidad para convertirse en una mercancía del capitalismo de la información y de ese oro en bruto el capitalismo de vigilancia activa mecanismos en las que el poder del nuevo orden mundial se concentra en Sillicon Valley.
Además de formar parte de las cadenas de producción, somos objetos de consumo que se retroalimentan unos a otros gracias a los datos que aportamos y que son mercantilizados muchas veces sin nuestro consentimiento y bajo un capitalismo de vigilancia que ha transformado costumbres y formas de relación en pro del beneficio económico, el poder y la capacidad de manejar a una sociedad con hilos transparentes.
Da miedo pensar que un grupo tan reducido de personas desde Silicon Valley tengan tanto poder y que sean capaces de modificar comportamientos y opiniones sociales a un solo clic, un desafío a las bases psicológicas y políticas de la autodeterminación, lo que Zuboff determina como un golpe de estado desde arriba, la capacidad de estas corporaciones tecnológicas de poder político que juega, por ejemplo en unas elecciones.
EL PODER POLÍTICO DEL CAPITAL DE VIGILANCIA
Tal vez cuando se presenten unas elecciones deberíamos de votar quien queremos que nos represente en Google o Facebook porque a la vista está que manipulan con hilos invisibles el capital de vigilancia en favor de sus intereses económicos y ahora también políticos.
Facebook y Google saben que tienen la capacidad de modificar comportamientos y decisiones en sus usuarios, por lo que les otorga, ya no solo que sean de las empresas más ricas del mundo con poder económico, sino que ahora es tanto su poder que influyen en las decisiones políticas y como seas un político que imponga medidas muy restrictivas a sus bases de comercio puede que las próximas elecciones las pierdas.
Por mucho que los Estados-Nación se empeñan en controlar estas grandes corporaciones tecnológicas imponiendo nuevas leyes de privacidad y uso de plataformas, las amenazas siguen existiendo y es el mismo poder político quien se tiene que dar cuenta de que cada vez tiene menos decisión y capacidad de control.
Un nuevo desafío se presenta para el control de las corporaciones tecnológicas que poco a poco han irrumpido en el poder político de decisión.
Ahora gobiernos se apresuran a cortar las alas del poder tecnológico porque saben que sus modelos de estado corren peligro de ser saboteados, transformados o despolitizados con el poder de la información y tal vez por eso se creen nuevas formas como en españa con el ministerio de la verdad, como un mecanismo para controlar la información.
Las nuevas políticas se mueven en el capital de vigilancia que extraen datos para ser analizados y transforman el comportamiento humano a través de modelos mentales en los que el ser humano intenta explicar cómo funciona el mundo real de la pantalla a través de un símbolo de representación de la realidad externa.
La polarización entre lo virtual y lo real queda desdibujada al pasar más tiempo consumiendo contenidos que son mostrados bajo los hilos de la vigilancia.
Ya no puedo ver más allá de lo que el algoritmo de la vigilancia me quiere mostrar, ya no tengo capacidad de búsqueda de información, el algoritmo solo me muestra lo que le interesa no lo que me interesa a mi, y es ahí donde la toma de decisiones del individuo en lo político y social queda influenciada por el capital de vigilancia.
Vemos y consumimos lo que ellos quieren.
Nos ven, nos analizan, nos oyen, saben dónde estamos, cómo nos movemos, que opinamos, que comemos, cómo nos vestimos, no dejan de tomar decisiones por mí en las que yo como individuo tecnológico me veo influenciado.
Zuboff hace una diferencia entre el capitalismo industrial y el capitalismo de vigilancia diciendo que:
“el capitalismo industrial explotaba la naturaleza, mientras que el capitalismo de vigilancia explota la naturaleza humana”
El humano ahora es explotado por un capitalismo de vigilancia de toma de decisiones. Lo gratis sale caro y nuestros datos transforman esta nueva era del capital.